A medida que el organismo envejece, se hace más necesario cuidar hábitos que se relacionan de forma directa con la salud y el bienestar. Por ejemplo, es muy aconsejable hacer algo de ejercicio de baja intensidad de forma diaria a fin de mantener un ritmo de vida lo más activo posible y que los músculos y los huesos no se atrofien a un ritmo aún más vertiginoso.
Otro de los pilares fundamentales que cuidar en los ancianos es la nutrición. Mantener unos horarios de comida e introducir alimentos que equilibren las carencias que se ven agudizadas con la tercera edad es de vital importancia. Estas son algunas de las indicaciones que cualquier Residencia de Mayores tiene muy en cuenta:
Las comidas deben ser ligeras y de fácil elaboración, sin prescindir del desayuno y repartiéndolas entre cuatro y cinco veces al día.
La hidratación es fundamental a estas edades, por lo que es importante beber mucho entre las comidas.
Muy importante aumentar las dosis de fibra con alimentos como legumbres, cereales integrales o verduras.
Mantener los aportes necesarios de calcio con leche o quesos.
Estos preceptos básicos ayudarán increíblemente a la persona a sentirse mejor física y mentalmente y con más ganas de emprender actividades.