El daño cerebral, tipos y cómo detectarlo

ilustración cerebro iluminado hombre.El cerebro es el órgano responsable de la supervivencia del organismo. Este elabora el pensamiento, planifica, almacena recuerdos, controla actividades físicas… Por eso, es imprescindible mantenerlo sano, para que funcione de forma rápida y automática. Cuando sufrimos una lesión, los resultados y las respuestas que este manda a los diferentes órganos vitales, suelen ser mucho más lentas, lo que nos ocasiona múltiples problemas.

 

Los síntomas de una enfermedad cerebral varían dependiendo de una amplia cantidad de factores como la causa de la lesió, la magnitud o las regiones afectadas entre otros. Existen casos en los que la lesión puede permanecer durante un tiempo ilimitado, a veces, para siempre. Pero, en la mayoría de los casos, existen tratamientos para el daño cerebral que ayudan a corregir el origen de la enfermedad, incluso aliviar los síntomas del mismo.

 

Es importante acudir a un centro de rehabilitación en Sevilla para mejorar las enfermedades neurológicas que afectan al sistema nervioso central y periférico, o sea, cerebro, médula espinal y nervios craneales entre otros. 

 

Algunas de las etiologías más frecuentes que forman parte del tratamiento cerebral son:

  • Traumatismos craneoencefálicos
  • Ictus o hemorragias cerebrales
  • Anoxia cerebral 
  • Tumores
  • Encefalitis u otras enfermedades relacionadas con el sistema nervioso central
  • Enfermedades neurodegenerativas
  • Lesión muscular
  • Enfermedades neurológicas infantiles

 

Lo más importante a tener en cuenta para poder tratar este problema es saber detectarlo, para ello, debemos saber que existen una serie de alteraciones en el estado físico, cognitivo y/o emocional de un individuo tras el acto que ha provocado dicho daño. El origen suele provocarse justo después del suceso, por ejemplo, después de sufrir un accidente de tráfico, la persona tiene cierta dificultad para caminar o comunicarse, aunque hay síntomas más leves, como la dificultad al realizar una tarea que anteriormente resultaba sencilla para la víctima.

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