Los abuelos y los niños pequeños, una de las imágenes con más ternura que se pueda llegar a ver. Existe una gran diferencia de edad entre ellos, pero a su vez son más que compatibles, la experiencia de la persona mayor aunada a la capacidad y las ganas de aprender de un niño da como resultado una relación que aporta cosas buenas tanto a uno como a otro.
Gracias a esta relación en la que ambos se aportan tanto, el bienestar de nuestros mayores aumenta, debido al entretenimiento causado por los más pequeños. Además, se está viendo el caso en el que en distintas ciudades del mundo algunos de los centros de día para mayores en Sevilla también aceptan niños. El anciano aporta experiencia y bondad a los niños, mientras que éstos con tan solo solo su alegría les dan la vida a los mayores.
La idea de que los centros de día en Sevilla acogen tanto a ancianos como a niños viene desde Seattle donde una residencia pensó en unir estas 2 generaciones viendo que todo lo que se podían aportar eran cosas positivas. Dando un resultado tan maravilloso como esperado. Y todo esto sin dejar de atender los cuidados que necesitan los mayores.